lunes, 16 de septiembre de 2013

Zergatik ?


¿Por qué cuando subimos a la cima de una montaña hace

más frío si estamos más cerca  del  Sol ?

 

Cima
            Sobre la cima de una montaña, efectivamente,  estamos más cerca del Sol pero está tan lejos que la diferencia entre la  radiación que llega a la cima y la base de la  montaña es despreciable. Unos pocos datos hablan por sí solos. Imaginemos que subimos a la cima de la montaña más alta de España, el pico del Teide, que es un volcán que se eleva 3.700 metros sobre el nivel del mar, seamos generosos, consideremos que tiene 4 kilómetros de altura. Si restamos esos cuatro kilómetros de los 150 millones que nos separan del Sol veremos que el astro Rey sigue estando a  149.999.996 km de distancia. Como comprenderán la diferencia de temperatura no puede ser apreciable. Así pues, las causas de que el ambiente sea más frío en la cima de las montañas son otras.
Intervienen varios  factores: el calentamiento de la superficie terrestre, la presión atmosférica y, algo que seguro que les suena familiar, el efecto invernadero.
Los rayos solares atraviesan la atmósfera y van a dar sobre la superficie terrestre. La tierra se calienta y, al hacerlo, calienta las capas de aire que están en contacto con ella. La transmisión de calor entre la tierra y el aire es tanto más efectiva cuanto más denso sea el aire, es decir, cuanto mayor sea la presión atmosférica. Es más, cuando aumentamos la presión de una masa de aire, se calienta y, al revés, cuando se expande se enfría. Nuestro frigorífico se aprovecha de eso para mantener fríos los alimentos.
La presión atmosférica mide  el peso del aire que tenemos encima de nuestras cabezas. La atmósfera es un "mar de aire" y cuanto más profundo sea, mayor es la presión en el fondo. La presión que hay sobre una playa, a nivel del mar, es el doble de la que existe sobre la cima de una montaña que esté a 5.500 metros de altitud. Así pues, al ser mayor la presión del aire, se calienta con más facilidad la base de la montaña que la cima. Además, el aire caliente tiende a subir, al hacerlo se expande y pierde calor, por esa razón las capas más altas son más frías.
A lo dicho se suma el Efecto Invernadero. Cuando los rayos del Sol llegan a la superficie terrestre, ésta se calienta y devuelve la radiación al espacio en forma, no de luz visible, sino de rayos infrarrojos. Ciertos gases de la atmósfera, como el dióxido de Carbono, el vapor de agua o el metano, entre otros -los llamados gases de efecto invernadero-, dejan pasar la luz visible pero absorben la radiación infrarroja,  impidiendo que el calor escape. Como consecuencia, la temperatura en la superficie de la Tierra es mayor de lo que debería, de hecho, si no existiera el efecto invernadero, la temperatura media del planeta rondaría ¡los 16 grados centígrados bajo cero! Es la atmósfera la que atrapa el calor. Al subir a la cima de una montaña, la presión es menor, es decir, el aire es más escaso y, al haber bastante menos aire, la cantidad de gases de efecto invernadero  también es menor.  En esos puntos parte de la radiación que emite la Tierra al calentarse escapa con más facilidad al espacio y, como consecuencia, el ambiente es más frío.
Estas son las razones por las que hace más frío en la cima de las montañas.


miércoles, 12 de junio de 2013

Donostia atzo eta gaur

 
 
2013. Ekaineko proiektua   
 
 
 
 
 

A la muerte del rey Alfonso XII, en 1885, su viuda la Reina Regente María Cristina traslada todos los veranos la corte a San Sebastián, residiendo en el Palacio de Miramar. El Ayuntamiento de San Sebastián le nombrará alcaldesa honoraria en reconocimiento a la gran labor en favor de la ciudad. Más adelante, ya en pleno desarrollo del Ensanche Cortázar, la construcción del Casino en 1887 aumentará el número de veraneantes. Fotografía antigua de detalles de la playa en San Sebastián, foto de 1908. Fotografía antigua de detalles de la playa en San Sebastián, foto de 1908. A principios del siglo XX San Sebastián mantiene la tendencia de finales del siglo anterior, en la línea de su perfeccionamiento como capital de verano y centro administrativo y político de la provincia, cuyos municipios experimentan un fuerte aumento demográfico y un importante avance en su industrialización. Serán años también de consolidación de la banca, con la constitución de diferentes bancos y cajas de ahorro. Asimismo a principios de siglo, en 1904, surgen en San Sebastián los primeros núcleos del nacionalismo. En la capital guipuzcoana se llevarán a cabo iniciativas en diferentes áreas: parques y espacios de ocio (Ulía, Igueldo, playa de Ondarreta, adquisición de la fortaleza de Urgull...), instalaciones asistenciales, transporte público..., llegando en los años veinte a intervenir incluso en las áreas de su entorno, con la construcción del campo de golf, del circuito automovilístico en Lasarte y del hipódromo en Zubieta. Esplendor y declive [editar] En 1914, y con el inicio de la I Guerra Mundial, San Sebastián se convierte en la ciudad más cosmopolita de Europa. En su Casino se darán cita todos los personajes de la vida europea, Mata Hari, León Trotsky, Maurice Ravel, Romanones, Pastora Imperio, el torero de fama, el banquero ostentoso...; son los tiempos de la "belle époque" donostiarra, y en San Sebastián actúan la compañía francesa de opereta, los ballets rusos, cantantes de ópera y muchos otros artistas famosos. A consecuencia de la I Guerra Mundial se consolida la creciente industrialización de la comarca, dando lugar a un importante movimiento migratorio, base de importantes grupos proletarios de donde surge el movimiento obrero. Ante la represión de la dictadura de Primo de Rivera (1923 a 1930), las organizaciones obreras vascas atravesarán un período de crisis, descendiendo el número de afiliados de UGT en San Sebastián de 4.000 a 2.700. En 1925 se prohíbe el juego y el Casino es cerrado. El factor veraneo también va perdiendo fuerza, mientras va creciendo la función de San Sebastián como capital de provincia en sus tareas de administración pública y servicios, cada día más crecientes. En esta década la capital cuenta con más de 61.000 habitantes. En 1930 los jefes de los distintos partidos políticos republicanos se reúnen en San Sebastián para acordar un frente y un ideario comunes, conocido como el Pacto de San Sebastián, que dará al traste con la monarquía y traerá la república. San Sebastián en el franquismo [editar] Al poco de estallar la Guerra Civil, el 13 de septiembre de 1936 cae San Sebastián en manos de los nacionales. Siguen unos años críticos, con escasez de alimentos y gasolina, racionamiento de tabaco, falta de material en las industrias, colas para la adquisición de muchos artículos... Una vez finalizada la guerra, se crea en 1939 la Quincena Musical, cuya sede inicial se fija en el Teatro Kursaal, desplazándose en 1940 al Teatro Victoria Eugenia. A través de ella se ofrecerán grandes espectáculos y la actuación de grandes figuras de la música. El franquismo mantendrá a San Sebastián el papel de ciudad veraneante. Franco residirá el mes de agosto desde 1940 a 1975 en el Palacio de Ayete, que comprado por el Ayuntamiento fue ofrecido al Jefe del Estado. Durante este período se celebran en dicho lugar los Consejos de Ministros. En la década de los años cuarenta e inicio de los cincuenta se reemprende el desarrollo de la ciudad, con el proyecto de Ensanche del barrio de Eguía y el inicio de la construcción del de Amara, en las marismas del Urumea. En 1950 San Sebastián cuenta con 113.776 habitantes, lo que supone un 30% del total provincial. Arte y festival de cine [editar] En esta época comienza a configurarse la idea de una caracterización del artista vasco. Surge en San Sebastián la Asociación Artística Guipuzcoana. Son años dorados para el teatro amateur de la ciudad, estrenándose todos los domingos una nueva obra. Con la celebración del primer Festival Internacional de Cine en 1953, San Sebastián será lugar de encuentro de gentes del séptimo arte, pasando por ella Audrey Hepburn, Ava Gardner, Gregory Peck, Alfred Hitchcock, Vittorio Gassman, Charlton Heston,... En estos años el entonces Príncipe de España, Juan Carlos de Borbón y Borbón, y su hermano el Infante Don Alfonso residen en el Palacio de Miramar. Expansión territorial y demográfica [editar] En la década de los sesenta se desencadena un fuerte proceso de expansión urbana, con la construcción de gran cantidad de viviendas, debido a un importante fenómeno de inmigración que atraía la naciente industria y al incremento del índice de natalidad en la provincia. La ciudad continúa su consolidación con el desarrollo del Ensanche de Amara. Tanto San Sebastián como su área periférica se convierten en receptores de importantes corrientes migratorias, procediendo más del 40% de fuera del País Vasco. Los barrios de Alza, Amara, Gros y Eguía, de mayor volumen demográfico, son los que reciben mayor porcentaje de emigrantes. Este flujo migratorio, unido al carácter de capital veraniega de la ciudad, provocará una fuerte demanda de suelo, convirtiendo a la inversión inmobiliaria en una fuente segura y lucrativa de ingresos. En 1965 San Sebastián sufrirá uno de los temporales más fuertes del siglo; las olas de más de 15 m de altura pasarán por encima del puente del Kursaal, quedando las calles de la Parte Vieja inundadas a la hora de la pleamar. El Ayuntamiento donostiarra se sumará en 1966 a la iniciativa de aprobar una moción, solicitando la supresión del decreto de 1937 por el que se dejaba a Guipúzcoa sin los Conciertos Económicos. En esta misma fecha se creará el Festival de Jazz de San Sebastián, único existente en España durante años. En la década de los sesenta San Sebastián, núcleo del renacimiento cultural vasco y del movimiento político nacionalista, será escenario de numerosas manifestaciones, con estados de excepción por decreto en 1968 y 1969. Dicha situación se prolongará durante los años setenta, en especial una vez llegado el final de la etapa franquista (1975). Con la reforma política surgida tras dicho período y con la aprobación del Estatuto de Guernica, se establece un nuevo Concierto Económico en 1981. La capital seguirá desempeñando sus funciones administrativas, culturales, comerciales y turísticas, mientras algunos barrios y los pueblos de la comarca asumirán funciones industriales, de pequeños servicios y residenciales para la clase trabajadora.